EA5LN. Francisco
A lo largo de mi vida de radioaficionado, y después de dar a conocer mi condición como tal, me han hecho muchas veces esta pregunta. ¿radioaficionado? ¿pero eso aún existe? ¿de qué hablan los radioaficionados? ¿para qué usar la radio si el whatsapp es mejor?
La respuesta a estas preguntas es, ciertamente, compleja. Y ha sido y es objeto de intenso debate en la comunidad de radioaficionados.
Voy a tratar de responder a estas preguntas, siempre desde mi experiencia.
Como los lingüistas nos enseñan, existen varios elementos que componen al proceso comunicativo. Estos elementos son un emisor, un receptor, un mensaje, un código y un canal.
Mientras que la población en general, dan mucho valor al mensaje, para los radioaficionados el valor lo tiene el canal, e incluso a veces el código.
Para la mayoría, lo importante es decirle a otra persona algo, independientemente de los medios empleados para ello. Pocos se interesan sobre cómo se envía el mensaje, cómo funciona un teléfono móvil o el sistema que emplea para comunicar con las estaciones base, o cómo se transmite una imagen o un archivo por internet. Eso queda para los ingenieros de telecomunicaciones y las compañías telefónicas y proveedores de acceso a internet.
De hecho, un porcentaje alto de usuarios de telefonía móvil, ni siquiera conocen que sus terminales usan señales de radio, radiación electromagnética, para llevar a cabo toda esta magia.
Los radioaficionados se interesan en cómo enviar el mensaje, cómo llegar a una zona determinada, cómo se radian y cómo se propagan las señales de radio, cómo funciona un emisor o un receptor de radio, una antena, e incluso la manera más eficiente de utilizar las pequeñas asignaciones de espectro radioeléctrico que disfrutan.
En cuanto a lo que hablan los radioaficionados entre sí pues… la verdad es que hablar, lo que se dice hablar, se habla poco. Y cada día menos.
En la operación normal de una estación de radioaficionado (que es como se denomina al conjunto de equipos y antenas que un radioaficionado utiliza, exactamente igual que con las estaciones de radiodifusión comerciales), el tiempo dedicado a emitir una señal es de menos del 10%, y típicamente inferior al 1%. Los radioaficionados dedican su tiempo de operación fundamentalmente a escuchar.